Existe una gran variedad de café en el mundo, sin embargo, factores como el clima, las precipitaciones y los tipos de nutrientes de los terrenos en los que se cultiva, influyen en el sabor, la acidez y el aroma.

El café colombiano tiene un sabor dulce, suave y a su vez acido, con una fragancia muy pronunciada gracias al cultivo de los granos arábigos, siendo esta la única especie que se cultiva actualmente, lo opuesto a otros países que cultivan una especie de menor calidad.

En estos artículos queremos resaltar 5 razones que hacen del café colombiano el mejor del mundo.

La especie

En Colombia se cultivan exclusivamente los granos arábigos, lo cual producen una bebida suave y de gran aceptación en el mercado mundial, esta planta crece entre los 500 y los 2400 metros de alturas, en zonas húmedas y clima cálido.  Es conocida por su gran variedad de porte alto o de porte bajo, y sus frutos pueden ser rojos o amarillos.

Entre las variedades de porte alto encontramos las siguientes especies:

La planta típica: esta planta es de hojas alargadas con un color bronceado o rojizo, es susceptible a la roya y tiene más porcentajes de granos grandes que la variedad caturra y borbón

El borbón tiene un número mayor de ramas, a diferencia que la típica, sus hojas son redondeadas y sus cogollos son de color verde más claro que las otras hojas, esta planta también es susceptible a la roya y produce un 30% más que la típica.

El tabí es una planta que proviene del cruce de un hibrido de timor con las variedades típica y borbón, es resistente a la roya y su grano es grande con una excelente calidad, ideal para los cafés especiales.

Entre las variedades de porte bajo se encuentran las siguientes especies:

La variedad caturra: esta especie es de hojas redondas, es susceptible a la roya, pero se comporta muy bien en toda la zona cafetera, su especie produce menos que el borbón, pero más que la típica y sus cogollos son de color verde más claros que el resto de las hojas.

La variedad Colombia: tiene un enorme parecido a la caturra en cuanto al tamaño de los árboles y la forma, sin embargo, se diferencian porque la variedad Colombia es resistente a la roya. El cogollo de las plantas es bronceado y su producción es igual o superior a la caturra.

Todas las especies se reducen a una sola planta, la emblemática arábiga

La geografía

Colombia es conocida por un clima perfecto para el cultivo del café, la zona cafetera se encuentra en la cordillera que atraviesa el país del sur al norte, son altitud comprende entre los 1000 y 2000 metros sobre el nivel del mar lo que beneficia la siembra del café. Su temperatura es media que varía entre los 18°c y los 22°c y su clima suele comprender dos periodos secos y dos periodos lluviosos en el año.

El suelo

El suelo constituye un factor fundamental para lograr una siembra de alta calidad, ya que de ella depende la rapidez de crecimiento y el desarrollo de los árboles, la calidad y cantidad de esta y la resistencia a los ataques de plagas y enfermedades. Mientras mayor cantidad de nutrientes tenga el suelo, mejor es la taza

La sombra

La sombra parcial ayuda a producir mejores cafés, más de la mitad de las plantaciones de Colombia se encuentran bajo sombra.

El proceso de siembra y recolección

En Colombia se utilizan dos procesos para la recolección de la semilla, la primera requiere escoger las plantas con árboles más sanos y con la mejor producción para luego ponerlas a secar a la sombra, mientras que la segunda se trata de adquirir la semilla del café certificada y sembrarla en germinadores de arena para a los 37 días iniciar el brote de la chapola.

55 días después del proceso de siembra de semilla, se procede con el almacigo, el cual consiste en sembrar la planta resultado de la siembra de la semilla (chapola) por 6 o 8 meses aproximadamente, en este tiempo las plantas de café con sus hojas forman dos pares de cruces indicando que se encuentran listas para ser trasplantadas. Se debe tener en cuenta la variedad de café que se va a sembrar y preparar el terreno para garantizar un buen cultivo.

18 meses después de la siembra, las plantas comienzan a dar sus primeros frutos y se procede con la recolección del café separando los frutos rojos de los amarillos y se inicia con el proceso de despulpado. Actualmente muchos caficultores utilizan el beneficio tradicional de la despulpadora de tambor.

Una vez realizado el despulpado se procede con la fermentación del café, el cual debe ser realizada en unos tanques con agua limpia para lograr descomponer el mucilago. Esta parte del proceso determina la calidad de la taza, si la fermentación es buena se puede lograr resaltar sabores especiales en el café.

Cuando el café este en el punto apropiado de la fermentación, se procede a realizar el lavado, el cual se realiza en el canal de correteo y una vez realizado, se inicia con el proceso de secado que consiste en regar el café en una superficie plana y en capas de 3 cm de espesor revolviendo por lo menos 4 veces al día, exponiendo el grano al sol por un tiempo no menor a 30 horas

Una vez seco el grano, se procede con el proceso de trilla de café, que consiste en quitar la película amarilla del café a través de procesos físicos, por fricción y quedando el café de grano verde para ser tostado posteriormente

El proceso de tostado del café debe ser lento, este proceso consiste en someter el grano durante un tiempo limitado a una alta temperatura para lograr la pérdida de peso alrededor del 15/20%, el aumento de volumen entre un 100 y un 130% y su color amarillo verdoso se transforma en un marrón oscuro.

El tueste de este café es la base vital, un buen tostado influye en la calidad de la taza.

Todas estas características forman parte de la historia del café colombiano, debido a esto se produce el café más suave del mundo, su cultivo de alta calidad lo hace líder entre muchos países debido a las particularidades geográficas y ambientales que permiten que el cultivo sea muy especial, así como el trabajo del caficultor y de la rigurosa recolección de los granos maduros.